Apple puede tachar a España de la lista de 115 países en los que aspira a vender sus nuevos modelos de smartphone. Los iPhone 6 y iPhone 6 Plus ya se encuentran en algunos hogares españoles desde esta madrugada, después de que Telefónica y Orange hayan abierto sus tiendas más reputadas en Madrid para vender los nuevos aparatos de Apple con descuentos incluidos.
A las ocho de la mañana llegaba el turno de la recién inaugurada tienda
de Apple en la Puerta del Sol, que adelantó una hora y media su momento
de apertura. Un responsable de comunicación de la marca de Cupertino
(California) no sabe, dice, cuántos terminales hay disponibles, cuáles
son las previsiones de venta o cuál es el número de pedidos: “Hoy es el
día de la emoción”.
Álex Martínez, de 18 años, fue el primero en entrar en el inmenso, blanco y resplandeciente centro de compras
donde más de una veintena de trabajadores uniformados con camisetas
azules y una pequeña manzana mordida y blanca a la altura del corazón
hacían un pequeño ritual a escasos minutos de la apertura.
Manos al
centro, palabras de ánimo y gritos al unísono, que a pesar de que las
puertas estaban cerradas se escuchaban desde el exterior. “Tres, dos,
uno…” Los cerca de 150 clientes estallaron en vítores y aplausos y
olvidaron el frío madrileño que acaba metiéndose en el cuerpo tras horas
de espera.
Martínez tiene el récord, esta vez, en tiempo de permanencia a las
puertas del número 1 de la Puerta del Sol.
Llevaba esperando la apertura
de la tienda desde las doce menos cuarto del mediodía de ayer: 20
horas.
Este joven madrileño, estudiante de ingeniería, salió con el
primer ejemplar del iPhone 6 Plus de 64 gigabytes que cuesta 899 euros.
Lo compra porque la pantalla es más grande, la batería más duradera y por la calidad de la cámara de fotos.
Desde mayo ha estado ahorrando para este momento, “dando clases de
inglés, matemáticas y física”, para pagárselo con su dinero.
Su padre lo
veía un capricho, “con el 4S [iPhone 4S] tienes de sobra”, relata el
joven; su madre decía “vale”, pero que era “una locura pasar toda la
noche allí”.
El pago del teléfono se complicó en el último momento:
“Denegado, denegado… Resulta que tengo un límite en la tarjeta de
crédito de 600 euros y me he tenido que ir al cajero.
Se me ha caído el
alma a los pies”, explica el dieciochoañero. Pidió a un empleado de
Apple que le acompañara al banco, a la vuelta por fin salió de la tienda
con su nuevo smartphone blanco y una funda roja. Roja, porque
el dinero que le ha costado se destina a la Fundación Red que lucha
contra el SIDA, según cuenta.
El último problema que ha tenido Apple con el sistema operativo iOS 8
no ha supuesto ninguna pérdida de confianza ni para Alfredo Zamarriego,
jubilado, exempleado de banca, -“en absoluto”-, ni para Stefan Ullrich,
un austríaco de 25 años, estudiante de ingeniería industrial, que está
convencido de que “no va a pasar otra vez”.
Ambos contaban ya con un
modelo de iPhone anterior, ambos son un gran ejemplo de la fidelidad a
la marca de la manzana. Zamarriego escoge el 6 Plus por la pantalla: "No
es ninguna traición el cambio de tamaño, yo ya me había aburrido de la
otra". Ullrich espera algún día trabajar en Apple.
Mientras los empleados uniformados de azul recibían uno a uno a los
clientes, les estrechaban la mano, les preguntaban el nombre, mientras
les acompañaban al interior de la tienda, Liviu Cosmeleatá cuenta que
compraría un iPhone 6 Plus para él y un iPhone 6 para su novia, que vive
en Rumania, de donde él es originario. Lleva 10 años viviendo en
España, se dedica a “los negocios” y se había plantado en la cola a las
seis de la mañana.
Apple no espera tener datos de ventas de los nuevos modelos hasta el
lunes que viene. Los iPhone 6 y iPhone 6 Plus se vendieron en un solo
fin de semana a 10 millones de clientes en Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Hong Kong, Japón, Puerto Rico y Singapur.

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